Un país donde la educación no sólo sea un gran discurso
constitucional, sino de facto exista; donde la educación sea la principal
apuesta de cualquier gobierno, en el que el niño pase de un semáforo a un aula,
donde cambie la caja de mazapanes por un cuaderno o un libro; un México donde
los valores sean el principal aval de la educación en cualquier nivel, donde el
talento joven sea poderosa herramienta de fortalecimiento al país donde la
calidad de la educación comience desde casa.
Un país competitivo frente al mundo moderno, en el que
las oportunidades estén al alcance de todos; un país donde el maestro sea
consciente de la gran labor que tiene como docente en el aula, y la vocación
sea su herramienta del día a día.
México, un país educado en los valores universales y en
las competencias profesionales, está condenado a potencializar su fuerza y
presencia internacional.
Un México con un gran ejercito armado, de letras,
talento, convicción y pasión.
Vicente Flores M.