lunes, 29 de julio de 2013

“Los Olvidados” -Luis Buñuel

Durante la historia moderna del hombre, es decir, desde hace ya algunos siglos, en todo el mundo la división de clases ha sido marcada tajantemente por el sistema económico al que tengan acceso todos y cada uno de los miembros de una sociedad, y como se ha visto hasta ahora los que mejores oportunidades y posibilidades económicas tienen son los menos, esto se traduce en que el grueso de la población pertenece a una clase más baja, y qué decir de aquellos que viven la miseria misma, este panorama exactamente es el que nos presenta Luis Buñuel en su filme “Los Olvidados”, enfocando su atención y análisis total a esta última clase de la que he hecho mención: los de la clase baja.

Comenzaré así pues, con un pequeño fragmento que se menciona en el inicio de la película “[…] las ciudades modernas esconden bajo sus magníficos edificios, niños mal nutridos, sin higiene, sin escuela, semillero de futuros delincuentes […]” sin duda, estas palabras subyacen bajo un cúmulo de situaciones de la cruda realidad, como bien decían al comienzo, México no es excepción de esta realidad que en muchos países ricos y pobres existe, pues la clase baja es y será la más vulnerable a todos los males que aquejan a una sociedad. El delinquir es una situación o acción mejor dicho, que ha proliferado siempre en la clase baja, aunque justificada en cierto modo, pero no aplaudida ni solapada, ya que la necesidad que existe de cubrir los menesteres básicos de todo individuo, entre lo que destaca el alimento, elemento por el cual las disputas y riñas son paradójicamente “el pan de cada día”, pues en ocasiones nos muestra la película como es que tratan de conseguir satisfacer dichas necesidades. El vandalismo ha sido siempre una salida fácil para conseguir ciertas cuestiones, pues es mejor y más sencillo robar que trabajar para ganarlo.

Un elemento primordial influyente en este tipo de acciones sobre los jóvenes de la clase baja, es la falta de una figura que los guie y peor aún la desintegración familiar que se vive, y de la cual es muy común en dicho estrato, aunque cabe aclarar que no es especifico de la una clase los problemas de este tipo, sin embargo si son más propicias a darse en un estrato más bajo cabe mencionar por la dificultad de  satisfacción parcial o total de dichas necesidades. Este elemento mencionado en principio, creo yo va de la mano con la educación, pues aunque la educación no es garantía de cero vandalismo, es cierto que es una guía o camino por el cual los jóvenes se pueden mantener alejados de vicios y malos actos que perjudiquen su libertad. Como se vio en el filme, la autoridad no siempre es opresora en el sentido en que su fuerza la ejerza sobre el que delinquió para que pague por el delito cometido, sino se mostró un claro ejemplo de cómo a través de la oportunidad de la educación el Estado puede ser corrector en cierta medida a las acciones mediocres y negativas del individuo, tal es el caso de uno de los personajes, que por falta de atención de su madre, sin acceso a la educación y el medio en el que se desenvolvía propició a las malas conductas, y que se le dio la oportunidad después de un supuesto robo, acceder (aunque por la fuerza) a aprender un oficio, ofreciendo de tal manera el lleno total de los menesteres básicos como ropa, alimento, techo, etc., aunque si bien es cierto que no en las mejores condiciones, sí en la cobertura de tales. Otro de los elementos que me llamó la atención fue como marcó un acto de violencia la vida de dicho personaje, en el que daría pauta al inicio de su reformación a partir de su participación como espectador y cómplice de la muerte de un individuo, pues fue quizá el impacto y el cargo de conciencia en cierto modo el que lo orillo a dar ese paso para su mejor condición de vida, aunque al final muere en manos del líder de su grupo por supuesta traición.

Por otra parte, también se encuentra la parte de dicha población que no necesariamente delinque para obtener la satisfacción de dichas necesidades, sino que a pesar de la dificultad de poder mantenerse, se dan la oportunidad de trabajar y colaborar en tareas simples en cierto aspecto, pero bien ganado el pan y techo.
Ser un individuo de bajos recursos no es sinónimo de delincuente, así mismo ser de clase posicionada no te coloca como buena persona, aunque si por lo prejuicios que se anteponen a las acciones en primera instancia y que juzgan inciertamente ante una realidad económica como algo ya estipulado o etiquetado.


Concluyendo, “Los Olvidados” cautiva a todo que la ve, o por lo menos se lleva en la reflexión algo por mas vano que esta situación pueda parecer, a la cual nos hemos acostumbrado como sociedad, pues hemos convivido sino de cerca con ello, si como parte del entorno, y es ahí donde radica el problema, en que “nos acostumbramos” es decir, lo hemos hecho ya parte normal de nosotros, pero tampoco se ha dado la solución plausible para la disminución de esta condición que desgraciadamente en las últimas décadas ha ido en incremento y que no solo afecta ya a la clase social baja sino a los estratos en general. Es precisamente a ellos, a “Los Olvidados”, ese sector vulnerable del que pocas veces volteamos a ver para ayudar, pero que sin embargo damos queja de ellos a diario, desprecio en muchos casos y odio o vergüenza en otros más, pues solo vemos como caen pero no tendemos la mano para levantarlos, ya que vivimos en un mundo en que pareciera ser que no existen pero que paradójicamente son el sustento nuestro, pues gracias al trabajo “inferior” (como lo catalogamos muchas veces) que realizan es cómo podemos tener los de “arriba” las diversas comodidades, el fruto  servido en la mesa o el servicio necesario para nuestra satisfacción. La reflexión de esto queda en cada uno de nosotros, que vivimos a diario con problemas sociales pero que pocas veces trabajamos para erradicarlos. 

Vicente Flores.

miércoles, 24 de julio de 2013

“El futuro de la democracia” N. Bobbio (puntos esenciales de su obra)

La democracia, la define Bobbio como el conjunto de normas o reglas primarias y/o fundamentales que establecen QUIEN está autorizado o facultado para tomar las decisiones colectivas y bajo que procedimientos hacerlo. Hace un comparativo con respecto de los individuos que tienen derecho al voto, contemplando tres vertientes, en las que una está definida por ciudadanos varones mayores de edad, otra donde solo los propietarios votan y una última donde las mujeres también están contempladas al voto.

Se vislumbran dos vías de interdependencia entre un Estado Liberal y un Estado Democrático: la de la línea que va del Liberalismo a la Democracia y una segunda que va de la Democracia al Liberalismo. Con respecto a la primera, se encuentran necesarias ciertas libertades para el correcto ejercicio del poder democrático, y haciendo referencia a la segunda instancia Democracia-Liberalismo, es indispensable el poder democrático para poder garantizar la existencia y persistencia de las libertades fundamentales.

Bobbio conceptualiza dos ideales de la realidad, el de la derecha- que refiere a una democracia que se ha transformado en un régimen semi anárquico, teniendo como consecuencia la destrucción del Estado; por otro lado contempla la fracción de izquierda, en el que la democracia parlamentaria se está transformando cada vez más en un régimen autocrático. A partir de estas dos concepciones podemos hablar sobre el nacimiento de la sociedad pluralista, en la que el autor cita el nacimiento de la democracia desde una concepción individualista de la sociedad, en que la sociedad política es el producto artificial de la voluntad de los individuos.

Existen tres corrientes o vías por las que se caracteriza la filosofía social de la época moderna, y que influyeron en la concepción individualista de la sociedad y el Estado: el Contractualismo, la Economía Política y la Filosofía Utilitatista.

Norberto Bobbio hace un critica con respecto de lo estados democráticos, aludiendo a que  los grupos se han vuelto cada es más los sujetos políticamente relevantes. No son los individuos sino los grupos los protagonistas de la vida política en una sociedad democrática, en la q ya no hay un solo soberano, ni el pueblo o la nación compuesto por individuos que adquirieron el derecho de participar directa o indirectamente del gobierno, el pueblo como una unidad ideal, sino el pueblo dividido objetivamente en grupos contrapuestos, en competencia entra ellos con su autonomía relativa respecto al gobierno central.


La democracia moderna, nacida como democracia representativa, debería haber sido caracterizada por la representación política, es decir, por una forma de representación en la que el representante, al haber sido llamado a velar por los intereses de la nación, no puede ser sometido a un mandato obligatorio. El principio en el que se basa la representación política es exactamente la antítesis o contraposición de aquel en el que se fundamenta la representación de los intereses, en la que el representante, al tener que velar por los intereses particulares del representado, está sometido a un mandato obligatorio.

Vicente Flores.

“El futuro de la democracia” –N. Bobbio (análisis)

Hablar de democracia es entablar una serie de artilugios concatenantes con respecto de una vía donde la mayoría elige, diría Bobbio, “La democracia como el conjunto de normas o reglas primarias y/o fundamentales que establecen QUIEN está autorizado o facultado para tomar las decisiones colectivas y bajo que procedimientos hacerlo”, es quizá una definición bastante acertada y muy digerible a la comprensión.

Existen dos vías de interdependencia entre dos conceptos que bien pudieran parecer semejantes, pero que hay un hilo conductor entre ambos: Estado Liberal y  Estado Democrático. Con respecto a la conducción que va del Liberalismo a la Democracia, podemos encontrar necesarias ciertas libertades para el correcto ejercicio del poder democrático; y en referencia a la vía de la Democracia al Liberalismo, dice Bobbio, es indispensable el poder democrático para poder garantizar la existencia y persistencia de las libertades fundamentales, así mismo asegura que un estado no liberal, no asegura un correcto funcionamiento de la democracia, pues si bien es cierto que como explicaba en líneas anteriores pueden parecer semejantes los conceptos de democracia y liberalismo, hay un hilo conductor entre la dos que la diferencia y que mantiene la estructura de cada una, viciando necesariamente la una a la otra para completarse.



Existen condiciones necesariamente por las que la democracia en esencia tiene concepciones tan adversas y empáticas al mismo tiempo, en la doctrina pareciera una utopía y en la praxis una perversión, pero lo cierto es que ha funcionado como un sistema de gobierno “equilibrado”, en el que es indispensable aquellos que están llamados a elegir a quienes deberán decidir, cayendo en la perversión de los grupos protagonistas de la vida política en la que ya no hay un soberano sino que es el pueblo dividido objetivamente en grupos contrapuestos en competencia con autonomía relativa al gobierno central.

Vicente Flores.

martes, 16 de julio de 2013

“DOGVILLE” - primera película de la trilogía Estados Unidos: Tierra de Oportunidades.



Las sociedades a lo largo de la historia han sido cambiantes en cuanto a su percepción como en su actuar. Estas cambiantes percepciones y acciones, han sido originadas por grandes cambios ya sea dentro de su estructura social, económica, académica, etc. Sin duda alguna los cambios han sido en beneficio o perjuicio para los integrantes de dicho grupo social en general, ya sea denominados por un estatuto geográfico o puramente social o de género.

Dogville, un poblado pequeño, con un número mucho muy reducido de habitantes, quizá los suficientes para convivir y llevar a cabo cada uno actividades distintas como el comercio, transporte, cuestiones religiosas, etc., todo ello indicando una cierta “estabilidad” social. Esto mismo poder analizar en cada uno de las sociedades y micro sociedades existentes, o como lo retomaran los culturalistas a las sub culturas, cada uno de los personajes podríamos asimilarlos como la representación de esos grupos en una sociedad, es decir, el personaje que es un campesino, ante una sociedad en análisis representaría a la parte campesina y del campo, las mujeres de la tienda representaran quizá a la parte comerciante, y así cada uno de los personajes será la representación pura en dicha película con respecto a los grupos o gremios existentes en las sociedades.

Como mencioné en el párrafo primero, la sociedades siempre se encuentran en constante cambio, unos serán más rápidos que otros, unos más serán más fuertes o radicales; pero al final todos los cambios afectan ya sea en perjuicio o beneficio para la sociedad. Ante estos inminentes cambios, habrá ocasiones en que la sociedad podrá aceptar o no dichos cambios, y opinar para su aplicación o su rechazo; Grace, aquella muchacha que huía de los “gangsters” por circunstancias que de principio no se conocen, representa el cambio al que hago referencia (todo ello representado como algún tipo de metáfora en la película para el análisis que hago), un cambio al que en principio se temía, pues la monotonía los ahorcaba y la confianza entre los habitantes era total. Como todo cambio, fue difícil aceptarlo, sobre todo por el riesgo que representaba ésta al no conocer su pasado, costumbres, ni detalles que pudieran dar una expectativa positiva a la visión de aquella micro sociedad. Grace, puede representar perfectamente ante la realidad, esa serie de cambios a los que la sociedad teme, que procura con delicadeza y prefiere aún más no aceptarlos, aunque sea inminente su imposición, pues la adaptación a estos nuevos regímenes conlleva la erradicación de algunas acciones, aunque no sin antes decir que en su mayoría pueden ser cambios en beneficio, pues la visión social cambia, el pensamiento y la actitud; tal y como Grace lo hace, ella fue un claro ejemplo en el filme de un benéfico cambio, trascendente si bien es cierto pero necesario, pero fue necesaria su votación para poder permanecer y acceder a ella, o al cambio que ella representa en sí misma.


Dogville es una película con un campo de análisis muy amplio acerca de las acciones en la sociedad, de su comportamiento y de la actitud frente a las diversas circunstancias, en un enfoque especial de mi punto de vista al cambio y lo que conlleva esto. Quiero cerrar con una frase del filme que me impacto y que resume en todo aspecto al análisis anterior “…Eso los atemorizaría, pero no mejoraría nada. Todo podría repetirse si alguien volviera a pasar por aquí y se mostrara vulnerable. Para eso quiero el poder, si no te molesta. Para que el mundo sea un poco mejor.”

“PRESUNTO CULPABLE”



La cultura jurídica en México creo yo no ha sido la mejor con la que contamos hoy en día, especialmente la cultura jurídica externa, es decir, la que corresponde a la población en general y que en muchas ocasiones también la interna que corresponde a ese pequeño sector de la población que se dedica a la jurisprudencia y a la aplicación de la ley. La película “Presunto Culpable” es una clara alusión al hecho que he venido mencionando en las líneas anteriores, es la frialdad de las cuestiones de justicia y tristes realidades que sin más ni más se viven en miles de casos, en los que no se busca al culpable sino quien pague la culpa, tal es el caso del protagonista de la cinta José Antonio Zúñiga.

El caso de José Antonio Zúñiga no es el único ni el más particular que haya, tampoco es el más reciente ni el más controvertido, pero sí fue el que dio salida a una ola de críticas sociales, políticas, internacionales, etc., sobre su caso mostrado en dicha cinta, mostrando  la clara evidencia de la corruptibilidad, del grado tan alto de incompetencia de algunas autoridades cuya tarea es “impartir justicia” de manera imparcial. José Antonio Zúñiga es un joven que hace algunos años fue acusado de homicidio en la delegación Iztapalapa del Distrito Federal, delito por el cual fue detenido y tras un largo y difícil proceso, sentenciado; conociendo él su inocencia y con pocos recursos en ese momento para poder demostrar la contrariedad de lo que le acusaban mostró siempre una tranquilidad aunque no del todo ante dicho proceso, aplicó como popularmente se dice “el que nada debe nada teme”, aunque aquí había mucho que temer pues la fabricación de “testigos” estaba a la orden del día y por tanto su caso se complicaba cada día más.

Gracias a una serie de vicios en el procedimiento del juicio que fue la falsificación de la cédula profesional de abogado defensor que le fue asignado (de oficio), y que ayudó a J. Antonio a interponer lo que se conoce como nulidad de juicio ante tal “mínimo detalle”, petición que procedió y que dio pauta a un segundo juicio, que sería condenado y juzgado por el mismo juez que en primera instancia había llegado su caso. El gran trabajo del abogado defensor, fue extraordinario, pues siempre puso en tela de juicio las declaraciones del supuesto testigo, quien incurría diciendo que él había sido testigo presencial de los hechos. El abogado defensor no perdía detalle de las situaciones que se daban en ese juicio pues todo, absolutamente todo lo que el testigo declaraba el lo cuestionaba, pues era evidente que los policías habían obligado  al testigo a declarar en contra de J. Antonio. Todo en ese juicio era falso exceptuando la declaración de Antonio, quien mostraba una desesperación cada vez más notoria por su libertad.

Finalmente, tras una gran discusión en juzgados, con declaraciones varias, con policías que se reducían a decir que no recordaban nada; J. Antonio salió libre gracias a la oportuna intervención de ese gran abogado, quien se dio a la tarea de realizar un exhaustivo trabajo para poder probar la inocencia de su cliente y que eficientemente lo conseguiría. La fabricación de testigos y de falsos culpables, es una tarea que desgraciadamente se da a diario en cientos o tal vez miles de casos en nuestro país, y sin duda en el mundo entero. Esa ineficacia y alto grado de irresponsabilidad en su trabajo, son las autoridades que tenemos “resguardando nuestra seguridad”, no se dan a la tarea de realizar una investigación certera y probatoria, sino se reducen a encontrar quien pague la culpa, y desgraciadamente son las personas con menos recursos las más vulnerables a este tipo de cuestiones, pues al no tener las facilidades económicas o de educación para saber cómo actuar son presa fácil de estos “fabricantes de culpables”.

Es triste ver, como se buscan individuos que paguen una culpa que no les corresponde, mientras que el verdadero culpable del hecho ande por las calles delinquiendo sin freno alguno, gracias a la impunidad de la autoridad, a la falta de compromiso y a la comodidad de no investigar sino solo actuar. Es lamentable escuchar decir entre los mexicanos, esa tan trillada frase de “Solo pasa en México”, que la misma población no confíe ni en quien tiene el “compromiso de velar por una seguridad y una integridad nacional” ya sea desde una patrulla, o desde un juzgado.

En conclusión, solo puedo decir, que nosotros los actuales estudiantes y próximas autoridades y dirigentes de esta nación, somos quienes podemos erradicar eso, somos la tan ansiada esperanza, pero parece ser que esta frase se venía diciendo desde hace ya algunas décadas, y esos jóvenes que eran la esperanza en esa época, ahora son los que cometen los mismos errores del pasado, será que es un ciclo vicioso del que no saldremos? O será que no queremos salir de ese ciclo por comodidad para los de “arriba”? esas respuestas creo yo solo están en cada uno de nosotros, y en nosotros mismos la solución.

Vicente Flores.

martes, 2 de julio de 2013

¿EN QUÉ CREEN LOS QUE NO CREEN?- HUMBERTO ECO & CARLO MARÍA MARTINI



Desde hace ya mucho tiempo, hablar de laicidad versus religiosidad ha sido un tema que ha comprometido a teólogos, gnósticos, seculares, religiosos, filósofos y demás estudiosos que puedan aportar a la materia, pues es controvertida la postura que adoptan estas dos corrientes de pensamiento e ideología. Desde ambas perspectivas fue como se dio la  discusión de diversos y controvertidos temas y cuyas respuestas eran dignas de leerse y cuestionarse, entre el escritor italiano Umberto Eco y Carlo María Martini quien es cardenal jesuita de la Iglesia católica y arzobispo de Milán.

Primeramente comencemos por conocer estrictamente lo que significa la laicidad del hombre. Ser laico, va más allá de creer o no creer en Dios, ser laico no significa ser ateo, mientras que esto último corresponde a la negación de la existencia de Dios; ser laico responde a la enajenación o independencia sobre cualquier poder u órgano religioso, en la que se garantiza aparentemente la libertad de conciencia a través de la exclusión de valores o normas morales y sin la imposición de éstos.  

El tema sobre el Apocalipsis es un tanto controvertido, pues las interpretaciones que se le han dado a lo largo de los siglos, han sido diversas, y comúnmente se conoce la versión o interpretación catastrófica, en la que el fin del mundo llegará, y que se verá envuelto en una serie de circunstancias maléficas, crudas y crueles, en las que el hombre será sometido por las fuerzas mayores, por monstruos en algunas versiones, en fin demasiadas interpretaciones son las que acogen este libro escrito por el apóstol Juan, el favorito del Maestro Jesús. En este caso, Eco se atreve a vislumbrar que este tema acoge más comúnmente a la comunidad laica en la actualidad que al mundo cristiano, éste último se toma hacia el entorno de reflexión y meditación en contrariedad a los laicos, quienes según la visión de Eco fingen ignorarlo por completo, pero mantiene una obsesión innegable al mismo. El Apocalipsis en perspectiva religiosa se adentra en sí mismo a las revelaciones, que en el sentido connotativo de su significación es el Libro de las Revelaciones; las cuales no se mencionan catastróficas en su estudio, aunque en la literalidad de su escritura lo pueda parecer, al ser metáfora lo que se maneje en la representación puramente literaria, haciendo referencia a hechos, posturas y conceptos abstractos con respecto de bestias, dragones, copas, cordero, etc. Interesante discusión la que se mantiene entre la parte laica (Eco) y la parte religiosa (Martini) frente a este hecho, y en los cuales existen algunos puntos en los que se convergen ambas perspectivas y por tanto la significación del tema desde ese ángulo se torna confortable para ambos autores, pues al converger en ideas similares, la discusión sobre el tema se asienta en el discernimiento de la “correcta o incorrecta interpretación” que se le ha dado al último libro del Nuevo Testamento en torno a la catástrofe mundial que sobre él se adjudica.

La vida es sin duda uno de los temas más polémicos sobre el que el hombre haya discutido a lo largo de su existencia, pues no se ha dejado clara la postura de dicho tema en torno a la cuestión filosófica, ética, y sobretodo religiosa. Este tema fue sin duda un tema interesante en el debate entre Eco y Martini, pues las posturas de ambos autores, aunque parecen tener disparidad entre sus respectivas posiciones, la convergencia se da, aunque no de una manera estrictamente clara como en el Apocalipsis, pero si en torno al momento en que se considera que una vida es humana y las razones que en ello encuentran los dos autores. Sobre la visión de Eco, se vislumbra como lo llama él la “bandera de la Vida”, en que nos deja claro que él está rotundamente a favor de la vida, en cuestión a que en su vida podría aconsejar el aborto puesto que considera un acierto apelar en nombre del derecho a la Vida, en el que no podemos permitir a alguien privar de la vida a otro. Para Eco, el nacimiento de un niño es una maravilla, pero hablar de la vida, nos engancha de la misma manera a tocar el tema de cuándo es que ésta inicia. Es una ironía pensar en defender la Vida, pero no conocer el punto exacto dónde ésta surge. Hay corrientes o filosofías que apuntan a distintos momentos, unos consideran que  el momento de la concepción es cuando se da dicho efecto, otros que al desprenderse el feto de la madre, algunos más aluden a que la vida se lleva desde la célula reproductiva masculina en el semen, considerando que se pueda tener la posibilidad de que alguien que se masturbe y derrame semen será considerado un homicidio. Distintas son los ángulos de análisis del origen de la vida humana, pero ninguna se ha postulado como la ganadora. Ante la visión de Eco, se encuentra la defensa de la postura de Martini, quien adjudica como buen religioso, al inicio de la vida en Dios mismo, en que ésta es dada en algún momento de la gestación y que sobre el individuo actúa aun antes de nacer. Al final, no se determina en dicho debate ni se deja en claro puramente el momento exacto del inicio de una vida humana, pero si se deja en claro la defensa por la vida, aún a pesar de las circunstancias adversas al individuo; pues afirman que discutir la Vida es un tema que les llevará paradójicamente la vida entera.

Temas interesantes, pero sobretodo polémicos, fueron los centros de atención de dicho debate entre Umberto Eco y Carlo María Martini, pues la dimensión que manejan sobre la laicidad y religiosidad de opiniones ante éstos y otros temas, hicieron una rica discusión, aunque de encontradas opiniones y divergentes en otras tanas ocasiones, se da al lector dos visiones controversiales en sus aspectos de opinión y pensamiento puramente. Creo fielmente que la laicidad derivada de un secularismo marcado, es necesaria ante el equilibrio de la opinión y visión social sobre temas tan controversiales, pero a la vez tan profundos y necesarios de analizar en una sociedad llena de perspectivas y multiplicidad de ideas y erróneos, que impiden el conocimiento concreto y el análisis de los mismos de manera correcta, sin la imposición de estatutos morales aunque sí éticos a la luz de una libertas conscientiam (libertad de conciencia).



HOMO VIDENS – G.SARTORI (análisis y opinión)



El hombre moderno sin duda alguna no es el mismo en cuanto a forma de actuar, pensar o vivir, que el de hace 50 o 100 años. Nos preguntaremos seguramente el por qué, y la respuesta la hemos encontrado en el rápido crecimiento y desarrollo de la tecnología, pues el modus vivendi actual se torna a la tecnología misma, vivimos por y para la tecnología; una desgracia ciertamente, pero una bendición quizá también. De esta relación hombre-tecnología (específicamente la tecnología de las imágenes) es de la que G. Sartori reflexiona en su opus “Homo Videns”.

Todo el análisis y reflexión en torno a la crítica que hace hacia la “nueva cultura de las imágenes”, Sartori diferencia primeramente al hombre moderno del primitivo mediante la capacidad de abstracción, es decir, aquella que se expresa por medio del lenguaje y la comunicación, de lo cual indica también que el lenguaje no solo es para comunicar sino hace referencia a que también lo es para pensar, y que para pensar no es necesario el ver u observar ya que las cosas en las que pensamos no son visibles o tangibles en su plena concepción. Todo lo anterior descrito por el autor, sirve como referente a lo que él llama como un “cambio radical en la comunicación”, pues el modo en que critica para bien y para mal las nuevas tecnologías, apuntan ciertamente al primer medio que cambió la palabra impresa o escrita por la imagen; la televisión.

El hombre postmoderno está bombardeado día y noche, a cualquier hora y en el lugar más inhóspito,  de imágenes, pues le simplifican una totalidad de palabras en algo que puede ver y por tanto creer, sin la necesidad de divagar o reflexionar sobre la cuestión que ante el espectador se presenta; pues le es más útil en su rapidez y agitación diaria. Sartori no critica que sea malo este medio de imágenes, lo que critica es precisamente que conduce al hombre a la pérdida de su capacidad de entender, ya que dice que de la totalidad del conocimiento que se tienen sobre las cosas, poco es el porcentaje que tiene relación directa de una palabra-imagen (denotativas), por el contrario el mayor porcentaje del vocabulario nuestro se halla más allá de denotaciones y radica esencialmente en las abstracciones, es decir, que no tienen algún tipo de vinculo o relación con lo visible y por tanto no existe una imagen para dicha abstracción, que sin duda se puede relacionar con algo más cercano a la palabra pero no en exactitud al concepto como tal.
La televisión para Sartori, desde mi perspectiva como lector, no es ni positiva ni negativa en su totalidad, pues vislumbra los pros y contras de esta invención que se ha convertido en un elemento indispensable en nuestra vida diaria. Se nos menciona que la televisión anula los conceptos en la producción de solo imágenes, pues esto lleva a lo que mencionaba en líneas anteriores sobre la atrofia o pérdida de la capacidad de abstraer y por tanto de entender las cosas u conceptos, limitándonos estrictamente a lo que vemos y por tanto es lo que creemos.

Sartori distingue tres modos de empleo o uso de la tecnología acerca de Internet: a) la practicidad; b) entretenimiento; c) uso educativo-cultural. Esta última distinción que se hace hacia lo cultural, el autor nos indica que ya se pudo haber llegado “enviciado” a este punto, es decir, que la persona haya llegado ya como un “homo videns” y por tanto el objetivo en sí mismo no sería el óptimo esperado. Es en esta última idea, en la que hoy 2011 nos encontramos la mayoría de la población con acceso a estos medios, nos hemos empobrecido unos más que otros en cuanto a la capacidad de entender y reflexionar sobre las circunstancias, pues a través de las imágenes creemos, lo que ciertamente no sabemos si sucedió como se nos describe o significa lo que percibimos; tal y como diría el autor, pasamos de un mundus inteligibilis a un mundus sensibilis , es decir, de la razón a la percepción sensorial únicamente.

De la misma manera Sartori nos lleva a vislumbrar la influencia de la televisión en torno a un ámbito de opinión y desinformación que conlleva a consecuencias gravemente perjudiciales hasta en el ámbito político. Con respecto a la opinión se aboca todo a la nueva autoridad es la visión misma, ya que el ojo cree lo que se ve porque parece real, aunque muchas veces no lo sea; por tanto podemos aludir enteramente que la imagen tiene una extraordinaria fuerza de veracidad frente a los otros preceptos y por tanto la convierte en un peligro al mismo tiempo, pues solo conoceremos de primera instancia lo que percibiremos en dicha imagen, que hablara por sí sola.



En conclusión, la reflexión “sartoriana” con respecto a la concepción del hombre moderno ligado a un “homo videns” dejando atrás quizá al “homo sapiens”, nos deja frente a un televisor o un computador, como un artífice al cual se le puede manipular mediante una imagen que le hará creer lo que “in situ” de su abstracción podría juzgar y criticar, sin embargo al hacerse esclavo de los medios simplificados, de la misma manera nos simplificamos en la manera de pensar y concebir el mundo real.

Vicente Flores.