martes, 27 de agosto de 2013

“El Proceso- F. Kafka”

Kafka sin lugar a duda fue y ha sido uno de los más grandes escritores y literatos del siglo XX. Su obra ha influenciado en gran medida a la literatura universal y a otros autores contemporáneos de manera innegable y que ha causado gran revuelo entre los críticos de la literatura, pues su obra ha sido muy polémica en cuanto al sentido estricto en el que se dé una interpretación real en función de distintas doctrinas que le critican. Un gran ejemplo es su obra “El Proceso” que fue considerada por el mismo autor como una obra inconclusa.

El Proceso, una obra magnífica en todo sentido, aborda diversas perspectivas de las cuales podemos partir para un análisis de las situaciones que en la historia juegan un papel muy importante puesto que envuelven al personaje principal (José K.) en una serie de artilugios en contra de sí mismo y en juego está su libertad al ser acusado de alguna pena que en principio desconoce y que seguirá desconociendo hasta su  inminente y fatal destino. En principio, el primer punto versus su libertad es la falta de “humildad” que tiene frente a la situación, es decir, se opone rotundamente y manifiesta, desde el comienzo, su notorio rechazo al proceso por el cual estaba pasando desde que fue irrumpido en sus aposentos de manera repentina por sujetos que en su vida había visto y que objetaban una pena que no le fue expuesta en ningún momento. Por consiguiente el actuar de K. no fue el más adecuado, como normalmente lo es en una persona que se encuentra en dicha situación, es decir,  en calidad de acusado, ya que su actuar fue agresivo desde el primero momento y no coadyuvo en principio con dicha situación.

El carácter arbitrario de la situación deja en claro que no es un aparato jurídico loable o mejor dicho no es competente en el sentido estricto de llevar la situación de K. puesto que no es legitimado su derecho a ser informado sobre la imputación que se le alude y de igual manera solo es obligado a ir a “declarar” y por tanto la violación a sus “garantías individuales y/o derechos humanos” fue sin ni más un paso que se dio en el proceso mismo en el que se le privó  sin importar tan siquiera las palabras de K. en defensa propia-  lejos de conocer su imputación- frente a la autoridad, quienes no lo juzgaron ni procesaron como normalmente debería de haber sido, y que por tanto no existía motivo alguno para su distinto proceso judicial.

La manera en que se llevó el proceso en contra de K. muestra una clara y real idea de cómo funciona el ciudadano frente al aparto burocrático y al Estado mismo, refleja la ignorancia del individuo frente a las situaciones legales, y cómo actuar ante ellas, puesto que muchas veces la intimidación  sirve como medio para sustraer la libertad de quien es procesado y de la misma manera es violentada la integridad del individuo en tanto que se hace presente el abuso de autoridad en todos los aspectos, la impartición de justicia se hace presente ni tan siquiera en el más mínimo detalle, he ahí donde las lagunas comienzan a hacerse visibles dentro del ámbito jurídico, pues son éstas las que se suman a la falta de congruencia en algunas leyes y por la cual la jurisprudencia no se lleva a cabo de manera más competente en los distintos casos establecidos.

Es de conocimiento general, o al menos debería ser así, que ningún individuo sea cual sea el interés o culpabilidad imputada, puede ser condenado sin previo juicio para un análisis de la situación en la que se vea inmerso dicho “presunto culpable” y que se demuestre verdaderamente el acto imputado y por el cual se le ha privado de la libertad. K. desgraciadamente no corrió con la misma suerte pues fue condenado a ser azotado, que sin una alusión al hecho del porque se tomó esa decisión, tan solo fue acatada por los agentes correspondientes y actuaron de manera visceral ante tal cuestión, pues el final era inminente y de ninguna manera aplazable pues el martirio de K. terminaría por fin aunque no en los mejores términos como hubiésemos deseado, fue privado de la vida de una manera cruel podemos decir, pues no fue en si la condena a la que fue dictaminado pero fue la suerte con la que corrió.

En conclusión, la obra de Kafka ha sido precursora de múltiples avances en cuestión jurídica y sobretodo de la materia penalista, ha sido forjador de criterios y análisis concretos de dicha materia; así mismo nos da pauta a la reflexión y análisis propio de nuestro sistema jurídico mexicano, de cómo actuamos frente a éste y como deberían de ser apreciadas las leyes para su mejor jurisprudencia y aplicación a la ciudadanía, que tiene como derecho conocer en su totalidad la funcionalidad de dicho sistema y como deberá actuar ante una situación determinada.

jueves, 15 de agosto de 2013

“El Señor de las Moscas” de William Golding

El hombre ha sido desde la antigüedad  un ser que necesita sin duda alguna vivir en sociedad, pues por sí mismo le sería difícil sobrevivir mucho tiempo, ya que en sus primeros años no es apto por sus propios medios de subsistir. A través del tiempo, se ha hecho mucho más compleja la manera en como los hombres dentro de sus agrupaciones van tomando orden, consciencia y poder, los cuales son necesarios para  mantener la estabilidad de sus mismos grupos. “El Señor de las Moscas”, es una historia que me cautivó ya hace algunos años al leerla y que ahora a través del tiempo y del estudio, puedo comprender la dimensión de dicha historia y del análisis tan profundo que se puede realizar en torno ella desde distintos puntos de vista.

Esta historia nos muestra claramente la necesidad de un “hombre social”, es decir, de un hombre que pese a circunstancias adversas en su entorno, mantiene la necesidad de convivencia, orden, de fuerza y supervivencia. Para poder lograr el control del grupo en la historia, se basan sobre un artículo encontrado por uno de los protagonistas (Piggy) y se trata de un caracol, que si bien es cierto, para la cultura mesoamericana es un símbolo muy preciado y un objeto que se le dio un importante uso en la época precolombina, tan importante que era utilizado en todo momento, pues su función era la de comunicar o anunciar, era el llamado de las masas; así mismo se prestó a la función para el grupo de infantes los cuales tomaban turno de opinión y respondían al llamado del caracol, a partir de este momento comienza a reflejarse otro punto muy importante distintivo del hombre, que es la imposición de una “regla”, la cual sería en todo momento acatada por el grupo a la que fue destinada y por la cual comenzará una nueva etapa a la que se une el orden y la organización, pues dicha regla se concreta en quien tenga el caracol tendrá el derecho de opinar frente al grupo, y lo cual da pauta también a la posesión del liderazgo del grupo por parte del “más fuerte”.

El poder ciertamente es una de las cuestiones más anheladas por el hombre, pues en esto engloba el control sobre las masas, la disposición de la riqueza y la decisión sobre todo lo que en su poder se encuentra reunido, tal y como nos los señalan Rousseau y Maquiavelo en sus obras alusivas a este tema. El poder es cedido por votos en “aparente democracia”, que quizá no podamos usar tal cual este adjetivo al acto de elección por parte del grupo hacia con Ralph para obtener el liderazgo en un principio, pues hablar de democracia implicaría mayor detalle, situaciones y circunstancias  que concebirían la misma como tal, pero quizá podamos dejarlo como “aparente” pues se puede poner en comparación al hecho mismo de efectuar el  sufragio por quien quieres que sea tu líder. A partir de que el poder es cedido, lo primero y más necesario para mantener como ya habíamos mencionado, la estabilidad dentro del grupo, será la imposición de reglas para la mejor convivencia, y es eso mismo lo que Ralph en un momento dado hace con sus ahora “seguidores”. Comienza el tiempo de la construcción de un campamento, que podamos comparar la acción a la de edificación de un imperio que estaría constituido por palacios, centros ceremoniales, etc. Da incio para el grupo de Ralph un momento lleno de características especiales con las cuales empezó de igual manera la civilización del hombre y el mejoramiento de sus condiciones se supervivencia, pues el fuego se hizo presente como un elemento indispensable para el ser humano, pues de ello depende mucho la vida, en consecuencia necesitará de alimento y este le será dado por una de las primeras actividades que realizó el hombre primitivo en grupo que fue la cacería, por medio de herramientas construidas por ellos mismos, y que en un paso anterior tendrán que manipular perfectamente para sobrevivir y para luchar, pues las fricciones entre el grupo comenzaban y las divisiones se hacían  cada día más marcadas entre quienes estaban con uno y con otro líder. Lo anterior también ha sido parte innegable de la naturaleza humana, que es la lucha por el poder, pues innumerables pueblos fueron divididos y en la actualidad lo son a consecuencia de la confrontación de ideales y malestares comunes.

 Por otro lado tenemos un personaje muy singular, del cual ya habíamos hablado en anteriores líneas, se trata de Piggy, de quien podamos hacer reflexión sobre su papel desempeñado dentro de la trama y que hago alusión a que funcionó como una especie de consejero, una “auctoritas” como era conocido el poder del Senado en la Antigua Roma, pues eran los prudentes quienes aconsejaban al rey acerca de sus decisiones, y es eso mismo lo que Piggy realizaba para con Ralph. Su desafortunada muerte causó un conflicto enorme dentro de quien recibía sus consejos – Ralph-y por quien algunas veces era guiado, Piggy pereció en su lucha por la conciliación y  la prudencia.

El acto criminal siempre ha sido parte también de la historia del hombre, y que verdaderamente ha causado conflictos enormes su presencia en distintas circunstancias y épocas, la manera de ser castigado un criminal dependerá de la sanción que coloque alguna ley expedida por el o los líderes acorde con el acto cometido, pues se debe castigar la mala conducta de algún miembro del grupo que afecta directa o indirectamente la armonía que en él se genera; esto mismo fue lo sucedido en dicha historia, donde aparece el acto de tortura con azotes públicos, como se solía realizar en algunos pueblos de las civilizaciones antiguas y modernas de igual manera. Es un acto de barbarie sin duda, pero el cual fue fructífero realizar durante siglos para enmendar la conducta de un miembro mal intencionado y que en cierta medida hoy aplicamos.

Habiendo analizado los rasgos característicos de la obra “El Señor de las Moscas”, desde un punto de vista histórico, sociológico quizá y antropológico en cierto sentido, nos damos cuenta que dicha historia contiene los matices necesarios para el análisis de una micro sociedad, de cómo el hombre es por naturaleza social, y de cómo quizá en algún momento comenzaron las primeras sociedades a partir de los rasgos humanos y animales que generamos en contacto con otro de nuestra misma especie; de cómo el hombre se vuelve “hombre” sin dejar de lado el sentido propiamente animal. 

Vicente Flores.