sábado, 24 de octubre de 2015

Cáncer Ciudadano, hipocresía social



Hablar de corrupción hoy día, pareciera ser un tema del que no se extraña hablar en cualquier lugar, en el que todos conocemos perfectamente qué es, y hasta cómo llevarla a cabo, pues en la “mordida” al oficial de tránsito o en la gratificación al servidor público para agilizar un trámite nos ha quedado más que claro; pero en la hipocresía del ciudadano, que a diario juzga al gobierno, al ejército o cuerpos policiales, radica uno de los cánceres o quizá el mayor de todos, del cual nuestro país adolece de manera histórica.

Escuchamos a diario, un nuevo “chisme” sobre si a este secretario le dieron tal “mochada”, o a este otro diputado le gratificaron, o si a la esposa del presidente le ha sido regalado un inmueble tal, pero me pregunto ¿hasta dónde hemos dejado llegar la metástasis del cáncer corruptivo en nuestro México?. Es incomprensible la actitud ciudadana del estar consciente de todo ello y no querer ser parte del ataque de raíz, la tibieza del ciudadano promedio mexicano al respecto ha de ser su peor enemigo para sobresalir. Es tibio porque este mismo ciudadano, es quien da “pal´chesco” al de tránsito, quien compró su plaza laboral en cualquier nivel de gobierno, quien también ha sido parte del nepotismo y compadrazgo, y a su vez ha exprimido el utilitario de su trabajo para llevarlo a casa, sin pensar en que puede hasta venderlo.

Todos somos parte del ciclo vicioso de corrupción, dentro de un aula o de una oficina de trabajo, buscamos el medio más fácil y no así el más correcto. Es así como el crimen organizado ha perpetuado por décadas en las venas del país, los hombres y mujeres ilegalmente poderosos donde quizá su poder será mayormente legitimado que el de cualquier gobernante frente a los ciudadanos. Bien apunta Tajonar en su artículo La omertà mexicana en la revista Proceso (09 de agosto de 2015) - el proverbio italiano del siglo XIX “Quien tiene dinero y amigos se ríe de la justicia” […] Es una guerra perdida (la lucha contra el narcotráfico) por la razón que expuso Ismael El Mayo Zambada en su diálogo con Julio Scherer García: “El narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción”- es decir, la idiosincrasia del ciudadano mexicano es ser corrupto en su actuar, y pasivo ante su malestar.

Cita Héctor Tajonar a Stephen Morris en Corruption, Drug Traffickin, and Violence in Mexico, 2012 – “La corrupción facilita la amplia y poderosa maquinaria empresarial del crimen organizado, al tiempo de menguar los esfuerzos del Estado para confrontarlos. De hecho, la corrupción hace indistinguibles a los criminales de los oficiales” – la única diferencia entre el crimen organizado y el gobierno es que el primero sí está organizado y usan botas y sombrero, por lo demás los hace iguales en sus objetivos y prácticas, la desconfianza en el segundo crece en desmedida, mientras que al crimen organizado todos lo ven como un campo fértil y admirado del empresario exitoso ante la ciudadanía promedio. Hoy en día es mejor visto y mayormente respetado a un grupo del crimen organizado que a una institución pública de seguridad o gobierno en cualesquiera de sus niveles.  

En el Reporte Anual de Naciones Unidas sobre Drogas y Crimen se establece que “La corrupción política representa el principal factor en el crecimiento del narcotráfico y el crimen organizado” – y añadiría yo “la corrupción política y ciudadana es el resultado de la cultura pasiva y sumisa que siempre hemos sido, desde tiempos inmemoriales de Cortés, donde el espejismo del poder ha radicado en la élite de gobierno sobre la ciudadanía de oro, y en la perversidad natural del hombre la ambición y control ha generado ´manuales del buen gobierno´ donde quien no es corrupto no es gobierno, y quien no tranza no es mexicano”.

La culpa no es del gobierno que tenemos, es de nosotros que los “elegimos”, y peor aún de nosotros que no conocemos el 39 constitucional ni mucho menos el 41.



 VICENTE FLORES MELÉNDEZ

jueves, 15 de octubre de 2015

OPINIÓN al artículo “Un nuevo proyecto de Nación” de Javier Sicilia

“Un nuevo proyecto de Nación” de Javier Sicilia

en Revista Proceso No. 2032 de 11 de octubre de 2015. 



“El Estado y el país están en crisis […] las causas son múltiples como la histórica incapacidad de nuestras élites políticas para entender y vivir la democracia, así como la crisis civilizatoria” – así lo apunta en esta ocasión Sicilia en su análisis.

Me ha llamado especialmente la atención, las propuestas que realiza y el análisis de ello, especialmente algo en que los que hemos estudiado la historia de la democracia no sólo de la mexicana sino en general de la ideología, a los cual destaca que los Estados que nacieron con los ideales liberales y de la Revolución Francesa no lograron el mundo justo que prometieron. Lo anteriormente dicho, según Sicilia, hace que México ya no sea una Nación, pues si queremos escapar a la crisis y rehacernos, es precioso refundar la nación.


Pero ¿qué se necesita? – como primer paso, es necesario crear un nuevo proyecto de nación que no puede basarse en las viejas estructuras del Estado y sus partidocracias, sino que por el contrario, volver a mirar el pasado para comprender lo que sucedió y recuperar lo mejor de ese tiempo, asimismo, recuperar lo que los movimientos sociales están diciendo y haciendo, y unirlo a aquello que se rescató del pasado – así Sicilia es como observa una construcción del entorno adecuado para una reestructuración del Estado mexicano. Ante todo ello, el tercer punto que menciona Sicilia en su artículo, me parece muy atinado, pero con un precio político muy alto, y es el de dejar de lados los liderazgos y las diversas agendas, que de todo paso a una nueva agenda política basada en seis puntos o ejes: democracia, justicia, paz, seguridad, gobierno y economía, que permita la creación de nuevo pacto social y otra Constitución, que dará paso a una refundación social y no sólo un cambio de gobierno. Me parece muy lógico el análisis y planteamiento pero, ¿cuál es costo político, social y económico, que impactaría este cambio de paradigma de gobernabilidad y del Estado mismo, para nuestro país?

Vicente Flores M.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Yo quiero un México… educado!

Un país donde la educación no sólo sea un gran discurso constitucional, sino de facto exista; donde la educación sea la principal apuesta de cualquier gobierno, en el que el niño pase de un semáforo a un aula, donde cambie la caja de mazapanes por un cuaderno o un libro; un México donde los valores sean el principal aval de la educación en cualquier nivel, donde el talento joven sea poderosa herramienta de fortalecimiento al país donde la calidad de la educación comience desde casa.

Un país competitivo frente al mundo moderno, en el que las oportunidades estén al alcance de todos; un país donde el maestro sea consciente de la gran labor que tiene como docente en el aula, y la vocación sea su herramienta del día a día.

México, un país educado en los valores universales y en las competencias profesionales, está condenado a potencializar su fuerza y presencia internacional.

Un México con un gran ejercito armado, de letras, talento, convicción y pasión.


Vicente Flores M.

lunes, 31 de agosto de 2015

Opinión al artículo - “EL EMBAJADOR EN WASHINGTON” de Olga Pellicer

Referencia  artículo “EL EMBAJADOR EN WASHINGTON”  de Olga Pellicer, Revista Proceso del 23 de agosto de 2015. 


La diplomática mexicana, en este ensayo que nos comparte esta semana, aborda un tema que sin duda pocos mexicanos se han preguntado respecto del nuevo nombramiento del embajador mexicano en la unión americana, Miguel Basañez. Como bien apunta, nadie pone en duda su capacidad académica, sin embargo se pone en duda que ésta sea suficiente para el fortalecimiento de los lazos diplomáticos entre ambas naciones, en especial en la conducción de temas prioritarios para la agenda bilateral como lo son las exportaciones, el tema de migrantes mexicanos, la integración automotriz la producción y tránsito de drogas, entre otros.

Asimismo, me parece acertada la apreciación que hace respecto del nulo proyecto y agenda con líneas estratégicas bien trazadas para alcanzar objetivos claros en los aspectos económicos y políticos de la relación. Las relaciones internacionales de México, deben de fortalecerse con estratégicos negociadores y no sólo con diplomáticos- académicos, nuestro país necesita de resultados claros y de precisas materias de cooperación internacional, en los que el embajador juega un papel fundamental para ello. Pellicer encuentra sesgado el temario internacional de la relación México- Estados Unidos, acotado únicamente a temas de seguridad  y someros movimientos de cooperación en materia de comercio.


Olga Pellicer, apunta esencialmente a la modernización de pasos fronterizos y la cooperación en materia de educación, innovación tecnológica e investigación científica. Y en efecto, destaca la nula intención, por parte de los responsables de la política exterior, de establecer una hoja de ruta que oriente en cierta dirección esa compleja relación. Sin duda alguna, los nuevos miembros de la carrera diplomática, deben tener la visión más clara y mucho más revolucionaria del acotamiento y construcción de una agenda que permite la relación estratégica de México frente a sus áreas de oportunidad respecto de otras naciones que dispongan de la cooperación multilateral con nuestro país. Los retos del Ejecutivo Nacional deben ser proactivos en las relaciones exteriores de México, pues mucho depende hoy en día tanto el posicionamiento de un país frente a un mercado o bloque comercial, como para el éxito interno de un sexenio en la construcción de un México inmerso en el mundo, y sus ciudadanos con él.

Vicente Flores M.

jueves, 20 de agosto de 2015

Opinión al artículo de Javier Sicilia "Estado de Excepción"

"Estado de Excepción" de Javier Sicilia  en Revista Proceso de 16 de Agosto de 2015.

OPINIÓN:

El actual entorno de una crisis política eterna, un descontento social abrumador y una desconfianza cada vez más marcada en las instituciones por parte de la sociedad en general, es todo y parte de lo que Sicilia aborda como principales características de origen del llamado Estado de excepción. Cabe destacar que no soy asiduo lector de Javier Sicilia ni mucho menos halago sus escritos, pero esta vez me pareció bastante pertinente y acertado en su artículo.

Sicilia apuntaba que:

“La razón del Estado moderno es la excepción. En una versión clásica, el estado de excepción se refiere, como su nombre lo indica, a una situación en la que el soberano suspende las garantías individuales para proteger el bien público o en otras palabras, a un periodo en el que el Estado suspende temporalmente el orden jurídico por motivos de seguridad.”
Y de ello, cabe destacar que nos hemos reducido como ciudadanos a la vida nacional sin un orden jurídico verdadero, pues la praxis de éste es el éxito de un gobierno. La ausencia del Estado es en sí mismo el gran epicentro del caos en que vivimos hoy los ciudadanos, aunado a la inconsciencia de unos e indiferencia de otros más. La suma de los factores sociales más la ausencia del Estado entre la letra muerta de ley, nos da como resultado la pérdida de gobernabilidad y con ello el estado de excepción. Esta ausencia aparente en diversas cuestiones por parte del Estado es lo que en realidad es ahora el Estado mismo, es decir, ha mutado a una forma nueva de totalitarismo, como bien apunta Sicilia “El Estado no ha muerto como creemos. Simplemente ha muerto a una nueva forma de totalitarismo que pone de manifiesto la crisis civilizatoria por la que atravesamos”.

En este sentido, se exige – y no menos esperado – un nuevo pacto social y político, esto de un momento a otro me llevó a recordar aquella gran opus del ilustrado francés Rousseau, donde el hombre en su necesidad de regular sus relaciones interpersonales en el grupo de origen lo llevó de un estado natural a un estado civil, en el que la regulación del hombre mismo frente a su conducta social se da por una limitación de la voluntad común o general, y llevarlo a lograr un buen desarrollo en  comunidad y de todo aquello que pueda suscitarse mediante la libertad de acción bajo las leyes que esto faculten. Pero parece ser que hoy día, este contrato social se ha perdido por mucho - dijera Rousseau – resulta forzoso volver a una primera convención, siendo necesario conocer bien los principios o rudimentos mediante los cuales se forma el pueblo y de aquí mismo partir hacia la aplicación de un modelo para un “sometimiento legal”, asentado mediante el origen del pacto social del principio de pueblo para así no mermar la esencia que éste tiene en el Estado.

De ello, podemos partir a la llamada “soberanía” y por tanto a un “soberano” (quien la ejerce de manera directa por consenso), que en sí mismo encierra la responsabilidad de poder dar pauta y hacer factible el bienestar común del pueblo, pero cabe resaltar que no puede responder a estas adjudicaciones y llamados si el soberano no tiene por total seguridad la fidelidad de sus súbditos hacia él. Es ahí – apunta Sicilia – donde (hoy día) el ser humano y no su dominio sea la medida de nuestras relaciones con todo, reclama la fundación de algo tan absolutamente nuevo como absolutamente tradicional: lo humano en sus límites y sus relaciones de solidaridad autónomas.

En conclusión, el pacto social del México actual se ha roto, la insuficiencia del poder del Estado frente a las demandas de los ciudadanos ha quedado por debajo del borde esencial de responsabilidad estatal directa, pero también la responsabilidad ciudadana ha quedado en un segundo término por los mismos ciudadanos, la falta de congruencia social e indiferencia en su más extenso esplendor ha acogido por lo menos la última década a México.  La gesta de una crisis social ha ido dándose con el entorno favorable en todos los sentidos, el estado de excepción ha llegado para por lo menos la otra mitad del sexenio quedarse. Un nuevo contrato social? Un nuevo pacto federal? Un nuevo México renacido de entre las cenizas? Qué solución podemos vislumbrar para el quebrantado sistema?

Vicente Flores Meléndez


lunes, 10 de agosto de 2015

Y que comiencen los juegos del hambre ... 2018.


La carrera por la silla presidencial en 2018 ya arrancó, tres años de antelación es buen tiempo de prever y mantener, es así como el Revolucionario Institucional ha comenzado “los juegos del hambre” para la asignación de su nueva dirigencia nacional encabezada por el todavía diputado federal Manlio Fabio Beltrones y la diputada federal electa Carolina Monroy Del Mazo como única planilla de “unidad” para la militancia tricolor.

Beltrones ha sido sin duda alguna uno de los actores políticos del priísmo y de la clase política nacional, más emblemáticos de los últimos años, y no está por demás tal concepción, pues no debemos olvidar que también quiso ser candidato para habitar Los Pinos en 2012. Muchos lo vieron como “la piedrita en el zapato” de Enrique, otros como el priísta incómodo del momento y otros más como un aliado en la curul, todos estos y muchos más adjetivos le fueron planteados, pero parece ser que este 2015 pinta para que 2018 sea su año, pues al ser ahora virtual dirigente nacional del PRI lo hace automáticamente presidenciable, sin olvidar claro está que esto dependerá en gran medida de los resultados de los próximos comicios electorales en 2017 para la renovación de la segunda tanda de gubernaturas a sufragar.

El dedo inquisidor del Presidente de la República, puso a Manlio Fabio en la silla tricolor, y es un momento perfecto  de gloria y refrendo de su poder presidencial ante la crisis partidista del sol azteca que causó la renuncia de su dirigente nacional Carlos Navarrete, y ante una virtual contienda en el blanquiazul entre los “regenedadores” y los “rebeldes” liderados por Ricardo Anaya y Javier Corral respectivamente.


Las piezas del ajedrez 2018 comienzan a moverse, “los tres grandes partidos” iniciaron la renovación de su dirigencia nacional, en procesos estrictamente diferentes, mientras unos se renuevan “democráticamente”, otros lo son por decisión del Señor de Los Pinos, y otros más se renuevan como Marx les dé a entender. Ante los grandes monstruos partidistas ya conocidos, el último lugar de los tres, dejará de serlo el sol azteca para ahora ser tomado el escaño por MORENA, quizá en 2018 “no contaban con la astucia” de Don Andrés Manuel y su ya clásica “rebanadita de pastel” en la boleta electoral, vaya susto que les pueda dar.

viernes, 24 de julio de 2015

VOTAR – ¿Un derecho o una obligación? – Paradigma constitucional



El artículo 35 constitucional en su fracción I establece que “es derecho del ciudadano votar en las elecciones populares”, aunado a que en su fracción VIII reconoce que “tiene derecho a votar en las consultas populares sobre temas de trascendencia nacional”; el problema de índole interpretativa de la Constitución recae al observarse que  en el artículo 36 fracción III de esta Carta Magna establece que “es obligación del ciudadano de la República votar en las elecciones y en las consultas populares”, es decir, nos encontramos ante dos calidades de una misma acción: VOTAR.

Este debate se ha dado a lo largo de la historia del constitucionalismo mexicano, pues resulta ser mejor visto como un “derecho subjetivo de carácter político” que como una “obligación”, y tiene una razón de ser, pues bajo esta interpretación  VOTAR se contempla como derecho a la libertad del ejercicio del mismo, esto quiere decir que puedo decidir llevarlo a cabo o no, es un derecho permanente pero de ejercicio temporal, pues se encuentra sujeto a los tiempos dictados por las leyes generales y secundarias en materia electoral; asimismo resulta necesario precisar que se trata de un derecho subjetivo exclusivo de los países democráticos, es decir, no representa un derecho humano fundamental en su carácter de universal, pues no es aplicable a los sistemas de gobierno distintos de los democráticos.

Como “obligación” resulta ineficaz e imperfecta como norma, pues no existe un medio coercitivo que obligue al ciudadano a emitir su sufragio, ante este panorama queda exclusivamente como una obligación de carácter civil, en voz del magistrado de la Sala Superior del TEPFJ -  Manuel González Oropeza – al respecto indica que “Votar es un derecho político y también una obligación ciudadana que con el paso del tiempo se reconoció en el texto constitucional”.

VOTAR resulta un derecho político permanente de ejercicio temporal, que trae aparejada una obligación cívica a la luz del desarrollo y fortalecimiento de la democracia mexicana, una obligación sin castigo, que nos "exige" en el canon patriótico a ejercer el sufragio libremente; debemos como mexicanos adoptar la naturaleza dual del voto, que la propia Constitución ampara, y que es reforzada por los diversos instrumentos legales de carácter general y secundario fundamentales para el desarrollo de un derecho y de una obligación cívica.


Vicente Flores M.

miércoles, 14 de enero de 2015

Carta respuesta Javier Sicilia y José Alejandro Solalinde

Cuautitlán Izcalli, Estado de México a 09 de enero de 2015.

Javier Sicilia Zardain
 Pbro. José Alejandro Solalinde Guerra
PRESENTES

“La democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos.” – Enrique Múgica Herzog.

En esencia con estas palabras del gran politólogo español, es que me permito mostrar en primer momento mis respetos totales a los esfuerzos y el trabajo de cada uno de Ustedes en sus respectivos frentes de lucha y activismo; en este sentido, actuando en un sistema democrático  tal y como nuestra Carta Magna lo estipula en su artículo 40, es que vengo hoy a hacerles una atenta invitación a la reflexión sobre nuestro México. Por la mañana me dedicaba a leer las últimas noticias en las redes sociales y me topé con una nota que llamó mucho mi atención pues dos grandes activistas de nuestro país invitaban a un “boicot electoral”, a darle la espalda a las elecciones del próximo 7 de junio de 2015. Lo anterior, causó en mí una gran indignación, pena y sobre todo una profunda tristeza, no podía yo creer que se llamara de tal manera a empobrecer aun más nuestro sistema democrático, lacerado ya desde siempre.

He aquí un extracto de las palabras emitidas por el activista Sicilia:
Hay que ir al boicot electoral, hay que darle la espalda a las elecciones, hay que decirles no, hay que exhibirlos en su corrupción y en sus redes de complicidad, dejándolos lo más solos que puedan… no estoy cuestionando el método electoral, estamos con esto cuestionando a los jugadores, la mesa del juego está llena de criminales y de tramposos y sentarse a jugar con ellos, aunque sea con un voto en blanco, es legitimarlos.”
Y no suficiente con ello, el Pbro. Solalinde secunda de manera abierta y directa la opinión de Sicilia, con las siguientes palabras:
 “Nosotros no negamos el diálogo, pero con quién vas a hablar, ¿con una persona corrupta?, persona moral corrupta, ¿con personas que están coludidas? Ya no sólo no te defienden, sino que son tu principal enemigo. Entonces, hay que refundar México, todos estamos de acuerdo, tenemos que ponernos de acuerdo en todas las iniciativas que hay, de este movimiento que ha pasado de la indignación a la movilización ahora pasa a la estrategia, yo estoy de acuerdo con mis hermanos y quiero decir que la Iglesia está en capacidad de hacer una red efectiva, solidaria, eficiente, estratégica”.
Decirle NO a las elecciones, es  negar cada gota de sangre de miles y miles de mexicanos que dieron su vida por la independencia de este país, por ejercer un sistema democrático en México, por haber manifestado su inconformidad con las dictaduras y gobiernos del siglo XIX y XX, de los revolucionarios y de aquellos anónimos que fueron nacionalistas y grandes luchadores. Me entristece saber que mientras habemos mexicanos trabajando por invitar al ejercicio libre del voto, hayan otros más que inviten a no ejercerlo. Decepcionante fue para mí aquella nota de donde los extractos anteriores he obtenido, “hay que exhibirlos en su corrupción y en sus redes de complicidad, dejándolos lo más solos que pueda”- decía usted señor Sicilia, pero le pregunto, ¿Qué no exhibidos están y sabedores somos de la corrupción y la complicidad dentro del gobierno mexicano en todos sus niveles? ¿A quiénes pretende dejar solos? ¿A los políticos o a los mexicanos?, me parecen preocupantes sus palabras en este momento de crisis social en nuestro país, me parece aberrante el hecho de que llame implícitamente a la división y no a la unidad, hoy lo que nuestro país necesita son CIUDADANOS no ciudaDAÑOS, los políticos no están solos, ni los mexicanos lo estamos, si queremos avanzar debemos estar unidos, conscientes de que no es una tarea fácil pero tampoco imposible, el ejercicio democrático es nuestro, de los ciudadanos.

“Nosotros no negamos el diálogo, pero con quién vas a hablar, ¿con una persona corrupta?, persona moral corrupta” – decía usted Pbro. Solalinde, el llamar a no votar es llamar a no dialogar, el dialogo principal que establece un ciudadano es participando de manera activa en las decisiones de su país, y ¿De qué manera?, en un primer momento ejerciendo su derecho al voto, ejerciendo su derecho a decidir quiénes lo van a representar, y por consiguiente todo derecho apareja una obligación, y ella consiste en ser “auditores”, observadores y denunciantes de los actos que se desvíen del marco legal y ético de los servidores públicos. Hacía énfasis de la misma manera en que los políticos son nuestro principal enemigo, y en ello difiero en cierto sentido, a mi percepción los enemigos más grandes y únicos de los mexicanos son la apatía y la indiferencia ante las diversas situaciones que laceran a nuestro país; hoy los mexicanos estamos hartos de la inseguridad, la pobreza, la corrupción, la violación de derechos humanos, y todos aquellos males que aquejan el sistema nacional, pero somos los principales causantes de ello, lo hemos permitido porque estamos divididos.

Llamar a un “boicot electoral” lacera aun más el suspiro de democracia que tenemos en México, frena el desarrollo del ejercicio democrático y desalienta a la ciudadanía, Ustedes como líderes de opinión y activistas sociales, tienen un firme compromiso por llevar a las sendas de la verdad y la ética a quienes los leen, los siguen y los admiran, seamos todos en conjunto como ciudadanos participativos, el motor de lo que nos pertenece, nuestro país. Les reitero la invitación a reflexionar la profundidad del mensaje que han dado ustedes respecto del “boicot electoral”, analicen de manera crítica y objetiva que precisamente mientras más abstencionismo exista en las próximas elecciones más nos hundimos en la lejanía de poder gozar de una libertad total del ejercicio del sufragio y con ello nos restringimos la tarea de la participación ciudadana.

Dejando abierta la invitación al diálogo y al debate crítico, y con las más altas consideraciones y  atenciones de un servidor a Ustedes,


Vicente Flores Meléndez.

Parlamento Ciudadano de México,
Capítulo Estado de México