“Un nuevo proyecto de
Nación” de Javier Sicilia
en Revista Proceso No. 2032 de 11 de octubre de 2015.
“El Estado y el país están en crisis […]
las causas son múltiples como la histórica incapacidad de nuestras élites
políticas para entender y vivir la democracia, así como la crisis civilizatoria” – así lo apunta en esta ocasión Sicilia en su análisis.
Me
ha llamado especialmente la atención, las propuestas que realiza y el análisis de
ello, especialmente algo en que los que hemos estudiado la historia de la
democracia no sólo de la mexicana sino en general de la ideología, a los cual
destaca que los Estados que nacieron con los ideales liberales y de la
Revolución Francesa no lograron el mundo justo que prometieron. Lo anteriormente
dicho, según Sicilia, hace que México ya
no sea una Nación, pues si queremos escapar a la crisis y rehacernos, es
precioso refundar la nación.
Pero
¿qué se necesita? – como primer paso, es necesario crear un nuevo proyecto de nación que no puede basarse en las viejas
estructuras del Estado y sus partidocracias, sino que por el contrario, volver
a mirar el pasado para comprender lo que sucedió y recuperar lo mejor de ese
tiempo, asimismo, recuperar lo que los movimientos sociales están diciendo y
haciendo, y unirlo a aquello que se rescató del pasado – así Sicilia es
como observa una construcción del entorno adecuado para una reestructuración
del Estado mexicano. Ante todo ello,
el tercer punto que menciona Sicilia en su artículo, me parece muy atinado, pero con un precio
político muy alto, y es el de dejar de
lados los liderazgos y las diversas agendas, que de todo paso a una nueva
agenda política basada en seis puntos o ejes: democracia, justicia, paz,
seguridad, gobierno y economía, que permita la creación de nuevo pacto social y
otra Constitución, que dará paso a una refundación social y no sólo un
cambio de gobierno. Me parece muy lógico el análisis y planteamiento pero,
¿cuál es costo político, social y económico, que impactaría este cambio de
paradigma de gobernabilidad y del Estado mismo, para nuestro país?
Vicente Flores M.
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