jueves, 23 de enero de 2014

Un sueño de igualdad- Martin Luther King



Capitulo – “Ser un buen prójimo”

Quién es mi prójimo?  Yo no sé su nombre, dice en esencia Jesús. Es todo aquel de quien tú eres vecino. Es quien se encuentra en una necesidad al borde del camino de la vida. No es ni judío ni gentil; no es ni ruso ni americano; no es ni blanco ni negro. Es un hombre- todo hombre en la necesidad- es uno de los numerosos caminos de Jericó de la vida. Jesús define al prójimo, por consiguiente, no con una fórmula teológica, sino con una situación vital.

    El buen prójimo mira más allá de los accidentes externos y distingue aquellas cualidades interiores que hacen  a todos los hombres humanos y, por lo tanto, hermanos.

-     La filantropía es una cosa buena, pero no ha de llevar al filántropo a ignorar circunstancias de injustica económica que hacen necesaria filantropía. Quizás el sacerdote y el levita creían que vale más curar la injusticia en la fuente de origen que no conformarse con un simple resultado individual.

-      Un hombre no se mide, en definitiva, por el lugar que ocupa en los momentos de confort y de comodidad, sino por el que ocupa en tiempos de prueba y adversidad. El verdadero prójimo pondrá en peligro su situación, su prestigio y hasta su vida, por el bien de los otros. En los valles peligrosos y en los caminos expuestos, levantará a su hermano maltratado y golpeado hacia una vida más alta y más noble.

-     El altruismo auténtico es más que la aptitud para la piedad; es la aptitud para simpatizar. La piedad no puede ser mucho más que la preocupación impersonal dispuesta rápidamente a enviar un cheque, pero la verdadera simpatía es al preocupación personal que exige el don de uno mismo. La piedad puede nacer del interés por una abstracción denominada humanidad, pero la simpatía crece a partir de una preocupación por un ser humano en particular, que yace en un camino perdido de la vida. La simpatía es un sentimiento de hermandad por la persona necesitada, por su pena, por su angustia, por su carga.

De “Strength to love”

Capitulo “Carta desde la cárcel de Birmingham”

-    La palabra “tensión”, existe una clase de tensión no-violenta constructiva, necesaria para el crecimiento. Así como Sócrates creía que era necesario crear una tensión en la mente para que los individuos superasen su dependencia respecto de los mitos y de las semiverdades hasta ingresar en el recinto libre del análisis creador y de la evaluación objetiva, así también. Hemos de comprender la necesidad de “tábanos” no violentos creadores de una tensión social que sirva de acicate para que los hombre superen las oscuras profundidades del prejuicio y del racismo, elevándose hasta las alturas mayestáticas de la comprensión y de la fraternidad.

     La libertad nunca la concede voluntariamente el opresor. Tiene que ser exigida por el oprimido.
-    
        Una justicia demorada durante demasiado tiempo equivale a una justicia denegada.

-    San Agustín decía que una ley injusta no es tal ley, pero ¿Cuál es la diferencia entre ambas clases de leyes? ¿Cómo se sabe si una ley es justa o no lo es? Una ley justa es un mandato formulado por el hombre que cuadra con la ley moral o la ley de Dios. Una ley injusta es una norma en conflicto moral con la ley moral. Con palabras de Santo Tomás de Aquino “Una ley injusta es una ley humana que no tiene su origen en la ley eterna y en el derecho natural. Toda norma que enaltece la personalidad humana es justa; toda norma que degrada la personalidad humana es injusta.


-     Un individuo que quebranta una ley injusta para su conciencia, y que acepta de buen grado la pena de prisión con tal de despertar la conciencia de la injusticia en la comunidad que la padece, está de hecho manifestando el más eminente respeto por el Derecho.

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