lunes, 28 de julio de 2014

EL UNIVERSO: COSMOGONÍA, ZODIACO Y ASTRONOMÍA.


Doménico Cieri Estrada, escritor mexicano, en alguno de sus textos sobre el universo y el tiempo decía “Todos los misterios que entraña el universo son sólo un guiño de dios”, y en creo que en cierta manera tiene razón en su postulación, pues ¿Qué es más misterioso y apantallante que el universo mismo? y mucho más que por su grandeza y perfección ha dedicado el hombre su historia misma y sus creaciones que en la tierra se plasman. El hombre siempre se ha sentido identificado y atraído por lo que en el exterior de su entorno terrestre se encuentra, siempre voltea al cielo y observa lo diminuto que él es ante tan grandioso mar de estrellas, constelaciones, planetas y galaxias; comprende que no es sino “polvo de estrellas” … tan sólo eso, polvo en el universo.

Pero ¿Qué es lo que realmente significa para el hombre comprender el universo? Pues regreso a la frase de inicio de este escrito, donde nos da una pauta y primera salida sobre el hombre y el universo. Para entender lo que a su alrededor y sobre su cabeza pasaba, el ser humano en su delimitado proceso evolutivo, trataba de explicar todos los fenómenos que ocurrían, y es así como nació en los primeros milenios del hombre racional, lo que conocemos como “Cosmogonía”, que a grandes rasgos la podemos definir como la “Teoría filosófica, mítica y religiosa que trata sobre el origen y organización del universo”, y en esencia es ello, pues así fue como comenzamos a explicarnos como es que nosotros llegamos aquí, cuál fue el proceso y de dónde provenimos, explicarnos un eclipse, o una lluvia de estrellas, una cometa o temblor. Es quizá la cosmogonía lo que daba sentido a la existencia del hombre en la tierra, y nosotros como hombres modernos somos herederos de ello, basta con voltear la mirada a cualquier rincón de nuestro entorno y seguro ahí lo encontraremos.

Culturas como los mayas, los egipcios, los chinos e incluso los griegos, fueron grandes civilizaciones que nos heredaron todo un manjar de conocimientos astronómicos y astrológicos, que hemos hecho nuestros y que hemos ido adaptando con el pasar de los siglos, hasta hoy verlos como teoría del hombre antiguo, y hemos pasado a las realidades científicas del hombre moderno. Respecto de los primeros – los mayas- podemos encontrar sin lugar a duda, uno de los pocos escritos  en papel más apreciados, salido de los relatos orales de un anciano y plasmado por un escriba maya que aprendió los caracteres latinos de escritura y dio vida al “libro del consejo” o “libro de la comunidad”: el Popol Vuh. Es un libro que contiene una serie de relatos que tratan de explicar el origen del mundo, de la civilización, de diversos fenómenos de la naturaleza, es así como los mayas entendían el universo y que iba de generación en generación de forma oral antes de haber sido escrito. Los egipcios por su parte contemplaban su visión del universo en un océano primordial llamado Num, que encerraba en sí el espíritu de Atum, es decir, el no engendrado, aquel que existe por si mismo, éste tomó conciencia, se masturbó y dio origen en principio a Ra, siguiéndole Tefnuth (diosa del fuego), shu (del aire) Nut (del cielo) y Geb (de la tierra).  En resumidas palabras ésta es la cosmogonía egipcia del nacimiento del universo, que sin duda existen similitudes entre las visiones de las culturas pese a su lejanía en el tiempo y en la distancia, por ejemplo en China con El mito cosmogónico del huevo cósmico, o los griegos con La Teogonía de Hesiodo, pero eso es tema de otros trabajos comparativos.

Derivado de lo anterior, la historia del hombre moderno, como bien mencione con anterioridad, reviste del conocimiento astrológico y astronómico en su vida diaria. Clara prueba de ello lo podemos observar en el Zodiaco, "El término ´Zodiaco´ proviene del griego, y significa cintura de lo viviente, círculo de la vida o círculo de los seres vivos. Etimológicamente provendría de los vocablos Zoon, que quiere decir ser vivo, y dia, que significa a través”. Las concepciones astrales se relacionan con las remotas formas de conocimiento y sabiduría de la civilización humana, es por ello que todo en nuestra vida y concepción filosófica gira en torno al universo, somos parte de él y él de nosotros. No podemos vivir aislados de un entendimiento y estudio del universo, porque sería incoherente pretender conocernos y trabajar en nosotros, sin entender o tratar siquiera de ello, de vislumbrar cómo es, cómo funciona o cómo fue creado. Como hombres y novatos en el sistema evolutivo biológico, somos inexpertos en entender al universo y a nuestro entorno, es por ello que buscamos explicaciones, si bien hoy las veos ingenuas o fantásticas, en su momento resultaban ser de complejo estudio y de gran respuesta, y que hoy en día seguimos guiándonos de sus elementos primordiales para el estudio moderno del cosmos. El estudio del zodiaco es lo que hoy día conocemos como “astrología”, que en un principio tuvo un objetivo tenía que ver esencialmente con los fenómenos de la naturaleza, pero que conforme el tiempo se fue vinculando con los astros y éstos con los acontecimientos humanos. Existen diversas interpretaciones del por qué el zodiaco en la modernidad, decidí tomar el siguiente argumento tomado de un cuadernillo de notas de algún experto, muy acertado me pareció:

“El Zodiaco- decía-  ha sido colocado, por dos motivos: como un homenaje a la cultura de aquellos pueblos, y por el simbolismo que ellos encierran. La sabiduría de todos los sabios y lumbreras de la antigüedad, que ha llegado hasta nosotros, es simbólica, porque simbólica fue la primera instrucción que recibió el hombre inteligente.”

Por ahora puedo concluir, y retomando la frase de Doménico Cieri, que el universo es tan misterioso, tan lleno de duda, asombroso, e infinito, que no logramos aún entenderlo, ni en sus más mínimos aspectos, y que debemos recurrir a nuestra razón –por ahora limitada- para construir milenarias estructuras de interpretación del cosmos, mágicas, irrales, dudosas o fantásticas, tanto como las religiones mismas. Dios ha quedado a la interpretación de lo que entendemos por el cosmos, de la visión cultural de cada civilización y de cada tiempo, por ello la pluralidad de religiones, pues el día que logremos entender el universo y lo que él comprende, ese día quizá entenderemos lo que es Dios.



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